lunes, 28 de abril de 2008

R E V O L U C I Ó N * N º 1 * * * * (6ª parte)






( C O N T I N U A C I Ó N )




- Pero, ¿es que piensas que estoy comparándome con ellos?, ¿es que crees que es eso lo que me cabrea?- contesté exaltado-. No, lo que me saca de quicio, lo que me resulta frustrante sobremanera es que desde arriba nos traten como imbéciles, como niñatos histéricos o peor aún, como niñatos con ganas de hacer alguna gracia estúpida. Creo que ya hemos hablado mucho sobre esto y estamos de acuerdo, ¿no? Queremos cambiar esto, la del concurso era la última oportunidad que les dábamos, necesitábamos asegurarnos de que lo de hacer una performance a favor de una educación más libre les iba a hacer troncharse de risa y ¿qué ha sucedido? Dime, ¿qué piensas que han hecho si no?

- Está claro que no lo entienden -dijo N-. Honestamente, nunca tuve ninguna esperanza en que lo aceptaran. Supongo que la imagen de un grupo de jóvenes quemando libros en la puerta de la facultad mientras recitamos, gritando a pleno pulmón, versos de Raoul Vaneigem o Guy Debord no es muy atractiva y halagüeña para nuestro amigo decano y su elenco de cara al tribunal puntúa-poesía.
- ¿Pero qué se supone que tenemos que hacer nosotros?- respondí, más calmado-. ¿Permanecer callados, hacernos viejos y olvidarnos de todo?
- No es eso, claro que no, pero…

En este momento T se demoró unos segundos que a mí se me hicieron eternos. Lo que al principio parecía un esfuerzo por encontrar las palabras precisas acabó por convertirse en un silencio vago y sofocante que, por instantes, estaba haciendo que la tensión se difuminara, que el ambiente se contagiara de una sensación parecida al tedio y al agotamiento.

- ¿Pero qué?- insistí con vehemencia-.
- Pues que no lo toman en serio porque les parece una provocación, una mera y vacía provocación- alzó la voz. Debió de sentirse amenazado-.
- ¿Vacío? No sé qué pensar – contesté como cavilando en voz alta-. Desde luego, no pueden ver mucho más que una provocación si nos desprecian con su actitud indiferente, si no nos hacen caso.

El local estaba quedándose medio vacío. El ruido de las máquinas de café se detuvo súbitamente y la escena adquirió entonces una naturaleza especial, como si de repente nos diéramos cuenta de que las palabras tendrían ahora más peso que hasta entonces, como si todo el mundo advirtiera el protagonismo crucial que tenía mi voz en aquellas circunstancias.

- ¿Quieren algo más? –interrumpió el camarero.
- No, gracias. –Se apresuró alguien a contestar. Contestó por todos nosotros-.
- Escuchad - dije vocalizando más de lo normal-.Si hay algo que me ha motivado desde el principio a seguir con esto es que me siento más libre y más estimulado a pensar libremente. Alguna vez me he sorprendido porque he notado que hemos estado en consonancia los unos con los otros en nuestro modo de pensar. Pero a decir verdad, lo mejor de todo es que no lo hemos logrado por medio de un proceso intelectual sino más bien, ha sido un proceso instintivo. Creo que nos hemos entendido muy bien. Hemos sentido las cosas con cierta armonía y eso nos ha hecho sentirnos más libres, al menos yo me siento más libre. A todos nos gustaría que las cosas cambiaran, y nos hemos sentido con fuerza para vislumbrar el cambio primero, y para actuar después. Hemos llegado muy lejos en nuestra perseverancia y ahora nos damos cuenta de que los de la universidad no nos han escuchado nunca –busqué los ojos de T y los encontré atentos, expectantes-. ¡Claro que quemar libros el día que vengan los del jurado va a ser provocativo! Pero provocar significa evocar algo. Significa encender algo, encender un pensamiento original que nunca ha existido antes. Tenemos algo a favor y es que serán los estudiantes los que mejor se identifiquen con nosotros, los que mejor entiendan nuestro lenguaje. Muchos de ellos tienen ideas parecidas a las nuestras, ¡es lógico pensarlo! Pero quizá no han tenido la suerte de darles forma todavía. Pensad en el bien que les podemos hacer.
- Siento mucho echarme atrás en el último momento –sentenció M-. No puedo arriesgarme a que me expulsen de la carrera a estas alturas-M habló de forma impersonal, como si no fuera su boca la que estuviera emitiendo esa palabras-.

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